La corrosión es el deterioro que sufren las estructuras metálicas de acero cuando interactúan con el medio en el que están presentes. Existen tres principales tipos de destrucciones por corrosión:
• Corrosión uniforme. El metal se destruye en forma uniforme por toda la superficie. Este tipo de corrosión se observa con más frecuencia en metales puros y en aleaciones del tipo de solución solida homogéneas, dentro de medios muy agresivos, que impiden la formación de la película protectora.
• Corrosión local. En este caso, la destrucción se produce en algunas regiones de la superficie del metal. La corrosión local es resultado de la ruptura de la capa de protección de óxidos u otra; la corrosión se propaga al interior del metal. Este tipo de corrosión es más común en aleaciones de múltiples componentes. Los defectos de la superficie como rasguños, favorecen el desarrollo de la corrosión local.
• Corrosión intercristalina. Esta es la destrucción del metal o la aleación a lo largo de los límites de los granos. La corrosión se propaga a gran profundidad sin ocasionar cambios notables en la superficie y por eso puede ser causa de grandes e imprevistas averías
Para evitar que las estructuras metálicas sufran los daños y deterioros de la corrosión, es necesario que se les haga su debido mantenimiento, por supuesto hecho por expertos y de esta manera garantizar la duración y resistencia de las construcciones metálicas.
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